sábado, 17 de febrero de 2007

La Independencia del Secretario-Interventor

Publicado en el blog de esPublico el 30/01/2007 por Mª Esperanza Serrano Ferrer.

" No se lo que es un hombre, sólo conozco su precio: así de contundente y pesimista se mostraba Bertolt Brecht al definirnos como seres humanos aunque a lo mejor sólo se estaba refiriendo a “determinados seres humanos”. A todos nos gusta mostrar nuestro perfil más altruista mientras nos movemos en el mundo de las hipótesis: al aplicar las hipótesis a la realidad el altruismos se torna en “bueno en este caso...” No creo que, en nuestro caso, los Secretarios-Interventores tengamos un precio, en el sentido inicial que a todos se nos está ocurriendo al leer estas líneas; pero digamos que el hecho de que tengas que reparar los actos de aquellos que deciden tus complementos, como mínimo, siembra la duda de la objetividad de nuestro trabajo.
No tiene que ser necesariamente así y de hecho, no lo es (o no siempre lo es, porque en este mundo hay de todo). De todas maneras, tampoco nos vamos a poner aquí a describir la “Tierra de Nunca Jamás”, porque sería absurdo defender a capa y espada la integridad de todo un colectivo formado, no olvidemos, por seres humanos. Dejando pues aparte algunos especimenes concretos que tienen su momento de “gloria” en los programas de televisión o en los periódicos locales, hay que decir que si que existen Secretarios-Interventores (por supuesto también, Secretarios e Interventores, sin olvidar a los Tesoreros) cuya forma de actuar en derecho no puede ser cuestionada bajo ningún concepto. Algunos de estos profesionales lo son incluso a pesar de sus respectivos Alcaldes y Corporaciones; otros cuentan con la comprensión (casi siempre), reconocimiento (a veces) y respeto (...) de los políticos con los que trabajan.Y digo a propósito “con los que trabajan” porque no debemos olvidar que el personal que presta sus servicios en los Ayuntamientos (Administración en general) no lo hace para los corporativos de turno, sino para los ciudadanos, en el más amplio sentido de la palabra. No deja por ello de ser un despropósito que sean esos corporativos los que decidan al final que complementos y en que cuantía van a ser reconocidos a personal al servicio de esa Administración. La explicación gira en torno a la autonomía local: pero, ¿estamos dispuestos a sacrificar la independencia de nuestros funcionarios públicos invocando la autonomía local?; y más aún, ¿seguro que la verdadera explicación es la autonomía local?.Mas bien creo que no. La autonomía local es el nombre que subyace bajo la idea real de control puro y duro.

Es un hecho que si tienes el poder de decisión sobre una parte importante del cuantum total de las retribuciones del funcionario tienes, digámoslo así, mayor “poder” sobre sus expedientes. Mayor poder ¿en perjuicio de los propios ciudadanos del municipio?: pues creo que sí.La solución, sencilla y pedida a gritos desde hace tiempo, es la que todos sabemos: que sea el Poder Central el que establezca la cuantía total de retribuciones a percibir: no sólo sueldo, trienios y complemento de destino, sino también complementos específico y de hasta el de productividad. Estableciendo en cualquier caso, un tope máximo (en cantidad y no en porcentaje) como total a cobrar tras la suma de todos los conceptos.¿A quien no le gusta esta idea?: es evidente que a los Secretarios-Interventores (Secretarios, Interventores y Tesoreros) que podemos denominar “políticos” y que al contar con la “gracia” de sus mentores perciben unas retribuciones de escándalo que triplican (o elevan a ene en ocasiones) las de aquellos que no han entrado en el juego del “clientismo”.Es en ocasiones difícil luchar contra la vorágine política. Esa frase terrible “me han prometido una subvención” implica en la mayoría de las ocasiones algún tipo de conflicto en el que el Secretario-Interventor se ve como un obstáculo que hay que esquivar, porque, “seguro que pone alguna pega”. Ya sabemos, tenemos la mala costumbre de tramitar expedientes en los que hay que respetar cierto orden y determinados principios constituciones bajo sanción de nulidad. Porque si hay algún problema, “preguntadle al Secretario que yo no entiendo de asuntos jurídicos”.Hemos escuchado en más de una ocasión que morder la mano que te da de comer va incluso “contra natura”, pero a pesar de ello creo que no hay que perder posiciones y es necesario tener claro donde está el límite. Hay corporaciones y corporativos que realmente dan ese voto de confianza al Secretario-Interventor y hasta llegan a aceptar que las cosas funcionan mejor dentro de la legalidad: no obstante, todavía estas Corporaciones son las menos y por ello creo que hay que mantenerse firmes y al final recordar a nuestros políticos que siempre tenemos la maleta hecha y que podemos marcharnos de fin de semana o para no volver.

¿La nueva Corporación será mejor que la que dejamos?, bueno, ¿y el nuevo Secretario-Interventor será todavía menos “permisivo” que el que se va?.Creo que todos tenemos que aprender a leer la ley desde el mismo punto de vista: el que permita el cumplimiento de los objetivos y la satisfacción de los intereses de los vecinos. Este punto de equilibrio existe, pero para llegar a él es necesario que tanto los funcionarios como los políticos trabajen juntos ¿es esto posible hoy día?. "

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